
Como parte de la
reunión #hcsmeuES (para saber un poco más de ese "palabro" tenéis que haberos pasado por Diario de una mamá pediatra o twitter alguna que otra vez) se planteó un final de fiesta un poco más lúdico y distendido aprovechando los primeros días de la primavera barcelonesa: un paseo por mi ciudad con un recorrido cuyo nombre es
Brujas y espíritus en Barcelona. Una ciudad como Barcelona con un amplio pasado histórico donde han convivido muchísimas culturas guarda entre sus edificios -y bajo tierra- miles de historias que contar y escuchar..
Imposible plasmar en un post todo lo aprendido y la buena compañía.
Al lado de la Iglesia de Santa María del Pi había un cementerio (como al lado de todas las iglesias) muy apreciado por los ciudadanos. Cuenta la leyenda que uno de los miembros de una familia pudiente que vivía delante del cementerio, pasaba por allí y le dio una patada a una calavera que "surgía" entre la tierra -situación harto frecuente debido a la profundidad de los cadáveres y la humedad frecuente-. Su acompañante le recriminó por el acto y él con desfachatez le preguntó a la calavera si quería cenar con él. Su sorpresa fue mayúscula cuando por la noche llamaron a su puerta y al abrir descubrió a la calavera, que había aceptado su invitación. Acto seguido se tiró por el balcón con un final trágico. Por lo visto esta leyenda urbana circuló por la ciudad durante tiempo, influenciando a José Zorrilla (que vivió en Barcelona un tiempo) en su leyenda de Don Juan ("El incrédulo y la calavera")
No lejos de allí, está la calle Cecs (ciegos) de la Boqueria, una calle estrecha que va a desembocar en la calle de la Boquería. Al final de la calle Cecs hay un pequeño ensachamiento que en tiempos inmemoriables fue la plaza de las Comadronas. Las comadronas fueron en la época medieval figuras que tanto generaban veneración como odio por su cercanía en los momentos del parto tanto de la vida como de la muerte. Cuando un parto se preveía complicado, la comadrona encargaba una misa especialmente larga en la que la susodicha rezaba con los brazos en cruz en señal de "penitencia" e indirectamente como forma de hacer pública su fortaleza física ante los momentos difíciles que se pudieran presentar durante los alumbramientos. Muchas de ellas fueron acusadas de brujería, al igual que otras muchas mujeres a las que se les atribuyó la causa de tormentas, hambrunas, epidemias y otras tantas calamidades que de tanto en tanto asolaban a la población.
Brujas y hechiceras, ¿dónde está la diferencia? Las hechiceras utilizaban hierbas y otros potingues para hacer conjuros para el amor, la venganza, los deseos. Para ser bruja, cabía haber hecho un pacto con el demonio. Y eso iba implícitamente ligado a besarle el culo al demonio y además tener relaciones sexuales con él. Obviamente a las que acusaban de brujas se las cepillaban, mientras que para las hechiceras el castigo con suerte era algo menor. En nuestro grupo estuvimos de acuerdo, que puestos a elegir, nos quedábamos de hechiceras...
Último relato para hoy. En el famoso Call -barrio judío- de Barcelona, donde hoy está el
Centro de Interpretación del Call, estaba la casa del alquimista más famoso de los tiempos. Cuenta la leyenda que existía una pareja formada por la chica más guapa de la ciudad -judía- con un chico cristiano. Tras un tiempo de relación, la chica le propuso la idea del matrimonio. Él pensó que no era posible casarse con una judía. Ella rompió la relación. El chico, se sintió despechado y el resentimiento le hizo buscar venganza. Acudió al alquimista en busca de un veneno. El alquimista quiso saber si era para un hombre o una mujer. Al ser para una mujer, preparó el veneno en el interior de la estructura de una flor. El chico quedó con la bella joven para "despedirse", le dio la flor y la chica murió al llegar a su casa. Cuál fue la sorpresa del alquimista al encontrarse a su joven y bella hija muerta en casa y con los restos de la flor que él mismo había fabricado. Huyó de allí y nunca más se supo.
¿A qué os habéis quedado con ganas de más historias?