lunes, 21 de marzo de 2011

El oficinista

Novela corta del autor argentino Guillermo Saccomanno, que ganó el Premio Biblioteca Breve el año pasado (2010). Por lo visto es la primera novela del autor publicada en nuestro país. Relata unos días de la vida de un hombre anónimo -de hecho en todo el libro ningún personaje tiene nombre propio- que trabaja de sol a sol en una ciudad siniestra y oscura, en estado de semiguerra, siendo una pieza más del trabajo de una oficina, donde las diferentes personas mantienen una relación fría y carente de afecto.

La vida del oficinista transcurre gris e insulsa hasta que inicia una compleja relación sentimental con la secretaria de su jefe. Se enamora de ella, a pesar de contar con familia -indescriptible la forma cómo habla de su mujer y de sus hijos- y a partir de ahí toda la trama gira entorno al amor y a las fantasías que inventa huyendo de la realidad más cruel.

Es una novela corta (199 páginas), que se lee con facilidad y que resulta amena. Sin embargo, el pesimismo la embarga, la trama es kafkiana y una no deja de tener una sensación agria cuando imagina los entornos y las escenas y en el fondo ganas de acabarla y pasar a leer algo más tierno.

jueves, 10 de marzo de 2011

Pa negre

Aunque el libro hacía varios meses que estaba en nuestra estantería, empecé a leer Pa negre de Emili Teixidor tras el aura de éxito que acompañó a la película del mismo nombre en la gala de los Goya de hace unas semanas.

Pa negre es una novela que se basa en los primeros años de la postguerra cuando todavía están muy recientes las heridas de la Guerra Civil y las rencillas entre ambos bandos, así como la prepotencia de los ganadores y el miedo y el orgullo medio escondido de los vencidos.

El protagonista es Andreu, que es un niño preadolescente, que vive en la plana de Vic, y que irá descubriendo los secretos del mundo de los adultos, mientras sus propias vivencias del mundo infantil lo harán a él mismo ir madurando para dejar poco a poco atrás la infancia. La imagen idealizada de un padre que muere por sus ideas republicanas, la añoranza de una madre enfrentada a las adversidades pero que elige no siempre pensando en su hijo, las ventajas pero también las dificultades que ofrece la vida rural en una masía catalana, dibujan un retrato difícil de olvidar y que permiten acercarnos a una realidad a muchos de nosotros cuyos recuerdos ya empiezan en democracia.

Cuando estaba a mitad de la lectura, fui a ver la película al cine. No era la idea inicial, hubiera preferido haber acabado el libro, pero circunstancias obligaban (bueno es una manera de hablar). La película está muy bien hecha, los actores están sensacionales, te dejan el alma en un puño, pero como siempre la literatura te aporta mucho más, te introduce más profundamente en la historia y te ofrece detalles que en el séptimo arte se pierden, por mucho que el cine te sirva de alguna manera para ponerle cara a los personajes y perfilar las imágenes que la lectura ha creado.

Una de las cosas que más me llamó la atención es que la historia con la que arranca la película y que es el hilo conductor, no aparece en el libro. Posteriormente he sabido que la película en realidad se basa tanto en la novela Pa negre como en Retrat d'un assassí d'ocells (Retrato de un asesino de pájaros) y en Sic transit Gloria Swanson, del mismo autor, con lo cual la adaptación al cine se hace a partir de varias historias.

De ambos, película y libro, me gusta el papel femenino en toda la trama, así como el retrato de la vida rural, que me resulta personalmente tan desconocida. Con un final un tanto agridulce, que en cierta manera sorprende, uno se queda con ganas de saber más de la vida de los personajes.