miércoles, 6 de octubre de 2010

Suite francesa

Suite francesa es la novela póstuma de Irène Némirovsky, autora rusa que vivió la mayor parte de su vida en Francia.

Es un libro que no sé si me regalaron o compré hace ya dos o tres años porque había oído muy buenas críticas. Recuerdo que lo había ojeado y decidí postergar su lectura, seguramente porque no debía tener ánimo de leer un manuscrito que hablara de miserias relacionadas con la guerra.

Hace unos días decidí animarme tras leer una crítica de nuevo en El País, esta vez de Mario Vargas Llosa.

El contexto del libro lo encontramos en la II Guerra Mundial y está dividido en 2 partes. La novela según estaba planteada inicialmente contaba con 5 partes. En la primera parte - la más dura- narra la experiencia de diferentes personajes cuando huyen de París al saber que los alemanes han derrotado al ejército francés y están a punto de entrar en su capital. La huída con lo puesto, con la desesperanza, con la incertidumbre del dónde ir y cómo llegar, es un relato desgarrado de en qué nos convertimos las personas en momentos difíciles. Llega un punto de la guerra y de situaciones límite en la que puede ser igual que seas rico o que seas pobre, que tengas muchas y buenas influencias o que nadie te pueda sacar las castañas del fuego.

La segunda parte es un poco más suave. Los alemanes ya han ocupado las diferentes ciudades francesas y empieza la convivencia. Desde la perspectiva de una Francia rural, con el paso de los días surgirán algunas relaciones de amor y de amistad entre personas de diferentes bandos y de diferentes pasados y futuros. Es un buen ejemplo de cómo en todas las situaciones al final lo importante son las personas, cómo son y cómo se comportan independientemente del contexto y de lo que nuestra razón nos indique.

El libro está sensacionalmente bien escrito. Me parece de lo mejor que he leído en los últimos tiempos. Además resulta desgarrador conocer la historia de la autora. Escribía de forma contemporánea a los hechos y no conoció el final de la guerra, ya que fue deportada a un campo de concentración por ser judía y exterminada como tantos otros en el año 1942. La crudeza de las letras del libro se incrementa en los documentos añadidos al final de la edición que yo he leído. Por un lado hay apuntes sobre la novela que la autora va haciendo y a continuación correspondencia mantenida entre la autora y su editor, entre el marido -Michel Epstein- y los diferentes contactos que tenían una vez ella fue detenida. Y se adivina el triste final -el marido también acaba siendo deportado-, velando en las últimas cartas por salvar a las dos hijas del matrimonio.

Las hijas conservan el manuscrito durante muchos años. La nostalgia les impide durante mucho tiempo leer el contenido de la documentación perteneciente a su madre. Muchos años después, cuando las dos hijas de Irène ya son ancianas, el manuscrito verá la luz como la fascinante novela que resulta ser Suite francesa

2 comentarios:

Citopensis dijo...

Esta novela tengo yo ganas de "pillarla".

Un saludo de parte de un colega de profesión recién saludo del horno.

pseudosocióloga dijo...

Yo me leí las cuatro de Nemirosky que hay publicadas y no me acaba de gustar, se explaya de más.Pero están bien escritas.

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